jueves, 26 de octubre de 2017





Elipsis



Cuando leí mi propia esquela en el periódico la sangre descendió de mi cabeza. Arrojé el periódico con fuerza al suelo y corrí al cuarto de baño a mirarme en el espejo, pero mi asombro fue en aumento, allí no había más que unos viejos azulejos blancos.
Recorrí la casa desesperado buscando algo en lo que ver mi reflejo, pero la búsqueda fue en vano.
En ese momento comprendí que algo estaba sucediendo.
La confirmación llegó cuando percibí que realmente ya no estaba respirando.
Fue entonces cuando todo lo que me rodeaba se transformó en una serie de infinitos espejos en los que solo se reflejaba un universo de cristales transparentes.
 



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