Soneto a un crítico 

Pretende usted delimitar mi vuelo 

para ajustar las normas a mis alas, 

mas eso contraría mis palabras 

pues nacen con el lastre de su metro. 

Y encajarme en el molde ceniciento 

de letras entre reglas cimentadas 

por hombres que forjaban las murallas 

para domar sus lúbricos deseos. 

No quiero yo versar contando cifras 

pues solo el infinito me conmueve 

liberando en mis versos sus estrellas. 

Yo quiero ser gaviota embravecida 

rizando las espumas que pervierten 

las almas de los hombres en las guerras.

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Vértice 


Las palabras formaban una perfecta pirámide. 
Su vértice apuntando hacia el cielo imponía 
un profundo respeto. 
En el desierto cada grano de arena 
erosionaba con ayuda del viento 
a la eterna figura, 
en un intento vano de penetrar en su misterio. 

Cada hombre era una partícula 

que quería trascender su propia historia. 

Y en su interior, cada vez menos a salvo, 

ella dormía su sueño milenario 

dentro del sarcófago. 

Descansaba, entre vendas y polvo, la musa momificada 

del escritor anónimo.

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Sagrada cripta

He vuelto a las tinieblas

en posición fetal
para acunar las sombras
con mi inercia de mar.

De mar de oscuridades
con olas azabaches
de abismos insondables
de estigmas en la carne.

He vuelto hacia lo negro
para beber espumas
nacidas del silencio
que emana de las tumbas.

Tumbas de aquellos sueños
perdidos en el tiempo,
tumbas de sentimientos
preñados de deseos.

He vuelto hacia mi karma
desprendido del ego
buceando en el miedo
vislumbré a la esperanza.

Esperanza mecida
por mi aliento de espectro
cada vez que penetro
en tu sagrada cripta.

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Mariposas

Recordaré tus manos en mi espalda
serpenteando dunas de cosquillas 
entre mis omoplatos de vainilla
en un delta de arenas erizadas.

Recordaré el aroma de tu pelo
cuando en su laberinto me perdía
y entre lenguas de azabache repetías
que querías devorarme sin complejos.

Recordarás mis músculos de fuego
abrasando tu piel de enamorada,
entre volutas de sábanas blancas
humeando con el ritmo del deseo.

Recordarás palabras en tu oído,
en susurrantes y cálidos besos,
nacidos a la orilla de tu aliento
entre promesas de menta y eucaliptos.

Y entre tantos recuerdos y sombras
del amor que un día nos sedujo,
e hipnotizados por su letal embrujo,
volveremos a sentir mil mariposas.

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  Hedera



Entre ruinas del viejo cementerio 
se extiende con hojas lobuladas, 
con brotes esbeltos y flexibles  
las raíces aéreas buscan agua. 

Las abejas libarán el néctar 
de las flores pequeñas y amarillas 
agrupadas en inflorescencias, 
la hiedra en verano se hará ninfa. 

Después vendrán las carnosas bayas 
a finales del invierno, venenosas, 
púrpuras y repletas de semillas, 
manjar para las aves más hermosas. 

Con follaje perenne cubrió muros 
y nadie se percató de su presencia, 
vigorosa e invasora de lo ajeno, 
trepadora y salvaje, se hizo reina. 

Y su trono fue inmortalidad 
en vasijas cerámicas de Grecia 
representando el ciclo de la muerte, 
del renacimiento y de la vida.

Solo mis pupilas te contemplan 
al cobijo de cipreses y de almas, 
día y noche observo tu estructura 
desde el mármol frío de mi lápida.

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Poema  primitivo


Creemos saber cómo es la gente
por su aspecto exterior,
de hecho
la primera vez que vemos a alguien
ya forjamos una idea de si será 
buena persona o no.
Las apariencias engañan
o eso dicen.
Sin embargo
hay un sentido primitivo
que nos ayuda a reconocer
a aquel que será digno
de nuestra amistad.
Es el instinto.
El eco primigenio
que nos guía a través
de la vida y del destino.

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El nuevo Kamasutra



Con el compás de tus piernas
dibujas rectas en mi pensamiento,
son las curvas que dibujas al andar
las que ponen mis versos erectos.

Turgentes senos, cosenos y tangentes
alteran mi trigonometría,
y ya no sé si ahora mis raíces
son cuadradas, húmedas o cúbicas.

Quiero ser tangente a tu epidermis,
quiero ser secante a tu cadera,
perpendicularmente te recibo
desnudo sujetando mi chistera.

Sin manos se sujeta por encanto,
no es magia ni tampoco derivada,
la ecuación solo tiene dos incógnitas
y una se resuelve en nuestra cama.

Dejemos que los versos sean primos
con múltiplos o múltiples posturas,
seremos divisibles y flexibles,
Pitágoras del nuevo Kamasutra.



Cyrano Del Támpax