miércoles, 31 de enero de 2018




A contracorriente

Escribir por inercia es fácil, te dejas llevar y vas soltando lo que se te ocurra. Sin embargo, hay gente que escribe a contratiempo, forzando cada palabra, retorciendo lo obvio, obligándote a saborear cada línea sin prisas, incluso parándote a repetir una frase para acabar de entenderla, o intuirla.
Y no, no hablo de mí.
Estoy pensando en alguien en concreto, que me ha enseñado que el lenguaje es una poderosa herramienta de comunicación, con la que podemos transmitir sensaciones y sentimientos de una forma casi mágica.
Los textos correosos afilan nuestra mente, no hay que esquivarlos, al revés, hay que bucear en ellos para detectar si verdaderamente hay profundidad o si solo son charcos poco profundos con las aguas turbias.
Leer es anidar en otras realidades y hay algunas que causan escalofríos, sacuden el alma, electrificando todo tu presente.
Eso y más.
Pero hay que leer, claro.


Bl0king

domingo, 21 de enero de 2018




Poema del pacífico


Levitarás sobre mis cenizas
sobre las soledades de mi espejo, 
serás luz de azules en mi alma
con tonalidades del mar muerto.


Beberás de mis aguas espumosas
desafiando leyes y secretos,
un velero a merced de tu belleza
que navegue con el aire de tu aliento. 


Arrecifes de sal hacia tu espalda,
mareas de burbujas sobre el tiempo
que transcurre cuando nuestro sudor
resbala cadencioso en nuestros cuerpos. 


Un relámpago divide nuestra noche,
blanca bisectriz del firmamento,
orgasmo cincelado al horizonte
allí donde nacieron nuestros sueños.

Bl0king


miércoles, 10 de enero de 2018






El espectro cromático

Ya es viernes hoy, los viernes siempre me parecieron de color verde.
Son días que no se hacen demasiado pesados, porque conservan el aliento fresco del sábado inminente.


Los sábados los vivo en tonos azules, llenos de aventuras, sintiendo la libertad atenazada durante toda la semana.

Los domingos, parecidos a los sábados, sin embargo se dejan contaminar por la tormenta de los lunes con lo que el azul pasa a ser un violeta oscuro.
Son días para la reflexión semanal, para recargar pilas para la semana que viene, para estar en familia o en soledad, días extraños, agridulces.


Y llega el lunes, negros, sin ambages. Aunque hay días buenos, es tanta la energía que hay que hacer para empezar la máquina, al contar con inercia cero, que los lunes suelen ser días muy cuesta arriba, por no decir otra cosa.

Los martes se acercan al ecuador de los días laborables de la semana, el negro pasa a una tonalidad más clara. Llega el marrón, son días en los que cuesta encontrar algo positivo pero que acaban siendo más buenos de lo que parecen, aunque no siempre.
La inercia acumulada de los lunes los hace mejores que estos.

Y rodando, rodando, llegamos al ecuador laboral de la semana, el miércoles. El sol del trópico se pone naranja, pero en esencia son iguales que los martes, imprevisibles ellos, pero con un horizonte donde ya se vislumbra tierra a la vista desde las turbulentas aguas del mar de las responsabilidades.

Jueves. Son los limones de la semana, técnicamente son la víspera de los viernes, llega el amarillo a nuestro ánimo, tiñendo de optimismo el día, con lo que aunque son días inciertos suelen tener un hálito de felicidad subyacente.

Y así desembocamos en los verdes viernes cerrando el bucle elíptico de la semana.

Es por ello que suelo ver la vida en rosa, cubierto por el arco iris de mis subjetivas sensaciones, con una falsa sensación de controlar mi entorno, aunque de sobras sé que solo es mi imaginación, que tiende sus tentáculos hacia la vida para hacerla más digerible.

Bl0king